Mucho ha llovido desde el primer intento, en 1988, de ser Ciudad Europea de la Cultura 1992, pero la carrera para el 2016 ha tenido un derrotero muy distinto y ha dejado una ciudad repleta de citas culturales.
Febrero del 2001. Los empresarios, a través de CECO, proponen que la ciudad participe en la carrera por la Capital Cultural Europea del 2016. La idea fue acogida con entusiasmo y tuvo como primera materialización un acuerdo del Pleno que creó una comisión para impulsar la candidatura.
Ironías del destino, porque varios años antes, en 1988, el entonces alcalde Herminio Trigo se quedó casi solo cuando por primera vez se propuso a Córdoba como Capital Cultural Europea, entonces para 1992. En aquella ocasión, con la Expo en Sevilla y las Olimpiadas en Barcelona, Madrid precisaba también "su premio", a pesar de que la UE prefiere siempre ciudades de tamaño medio, como las otras dos candidatas que se presentaron, Salamanca y la propia Córdoba.
El caso es que en este segundo intento, y quizás para quitarse la espinita (o los remordimientos por no haber apoyado con más fuerza la aspiración), la ciudad abrazó la idea con fervor, siendo la primera candidata española en ponerse a la obra.
¿Cómo se puede resumir esta carrera de fondo en breves líneas? Quizás, lo mejor sea ir por partes.
PÚBLICADO EN EL DIARIO DE CÓRDOBA EL 25/06/11
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